La inseguridad alimentaria moderada y grave, que es cuando una personas no tiene poder adquisitivo o forma de acceder a suficientes alimentos que aporten a su salud y bienestar general, llegó a un pico del 32,8 % de la población a finales de 2021, y ahora bajó hasta el 20,7 % de los brasileños al final de 2023. Sin embargo, esta mejoría ocurrió a un ritmo desigual.
La manera más grave de inseguridad alimentaria, el hambre, lleva dos años de tendencia a decrecida, desde inicios de 2022, pero, según la investigación del Instituto, la inseguridad alimentaria moderada solo empezó a registrar una mejoría desde que empezó el 2023, cuando Lula asumió como presidente en el lugar que ocupaba Jair Bolsonaro. fuente CANAL 26